Los norcoreanos en Japón se sienten orgullosos de su madre patria, a pesar de la discriminación que viven

Niños norcoreanos en un campo escolar en Tokio agitando pancartas rojas, blancas y azules para formar la bandera de Corea del Norte. Cred: Japan TImes.


Niños reunidos en filas en un campo escolar en Tokio, se agachan y luego se ponen de pie al unísono mientras agitan pancartas rojas, blancas y azules para formar una bandera de Corea del Norte, mientras la banda de la escuela interpreta emotivamente una canción para su "patria."

Son descendientes de coreanos de tercera y cuarta generación, muchos de ellos fueron sacados a la fuerza para trabajar en minas y fábricas durante el gobierno colonial de Japón en la Península de Corea desde 1910 hasta su derrota en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque muchos de ellos se han convertido en ciudadanos de Japón o Corea del Sur, las familias de los estudiantes permanecen fieles a su herencia, eligiendo enviar a sus hijos a una de las 60 escuelas privadas alineadas con Corea del Norte, enseñando su cultura y su historia.


A pesar de los recientes lanzamientos de misiles de Corea del Norte, incluidos aquellos que sobrevolaron Japón, los estudiantes y graduados de las escuelas dicen que se enorgullecen de su comunidad y la ven como un refugio frente a la discriminación que enfrentan en Japón. 

"Hacemos cosas juntos, y nos ayúdamos los unos a los otros," comenta Ha Yong Na, de 16 años, con una mezcla de risa y compostura. 

En estos lugares, los retratos de los líderes norcoreanos fallecidos Kim Il Sung y Kim Jong Il cuelgan de las paredes de las aulas. Los maestros enseñan en el idioma de su ascendencia, y el japonés y el inglés son considerados idiomas extranjeros. 

Cerca de 450,000 coreanos étnicos viven en Japón, y muchos de ellos asisten a este tipo de escuelas.

Escuelas como la Escuela Secundaria de Corea del Norte y la Escuela Secundaria de Tokio subrayan la profunda división en un país que a menudo se describe como homogéneo. Los lanzamientos de misiles de Corea del Norte y las pruebas de armas nucleares han profundizado más la situación.

Ha y sus compañeros de clase dijeron que aprecian su herencia compartida y sus amistades, y están felices de no tener que preocuparse de que los elogien por no ser japoneses.

"Queremos que los graduados de nuestra escuela salgan a la sociedad japonesa y al mundo con orgullo, como coreanos en Japón, y puedan expresarse con confianza," dijo Kim Seng Fa, un graduado, maestro y director de asuntos académicos de la escuela de siete décadas.

En los Estados Unidos, nacer ahí hace que uno sea estadounidense. En Japón, la ciudadanía se debe adquirir para los inmigrantes a través de un sistema de gobierno. Algunos se han quejado de que el proceso obliga a las personas a renunciar a su lealtad de su cultura de origen.

Muchos coreanos tratan de evitar molestias y eligen nombres japonéses, así logran mezclarse. Pero otros, como Myoung-joo Boo, un actor de 45 años, prefieren abrazar su herencia étnica, aunque insiste en que nunca trata de entrar en una discusión de orgullo cultural.

"Las personas a las que no le gustan los coreanos no tienen que acercarse a mi. Y mejor viviré con aquellos que no se preocupan por esas cosas," dijo Boo, un graduado de las escuelas de Corea del Norte.

"En Estados Unidos, las personas que históricamente han sido llevadas a la fuerza se ven a sí mismas como estadounidenses. Pero para los coreanos, nací en Japón, pero me veo como coreano," mencionó Boo.

Las escuelas fundadas por la primera generación de coreanos en Japón, son privadas y financiadas por matrícula y donaciones. Los graduados y estudiantes aún siguen peleando batallas judiciales para que estas escuelas sean reconocidas como escuelas privadas y así ganar subsidios del gobierno.

Los fallos han variado dependiendo de los tribunales, y se espera que la lucha eventualmente llegue hasta el Tribunal Supremo. La asistencia se ha ido reduciendo con cada generación debido a la tasa de natalidad en declive general del país, y más personas eligen asimilarse a la sociedad japonesa o tomar la ciudadanía surcoreana. 

Una de las peores atrocidades contra los coreanos en Japón se produjo después del terremoto del 1ero de Septiembre de 1923 en Gran Kanto, cuando miles de personas fueron linchadas por policías y otros, después de que se difundieran rumores falsos de que estaban envenenando pozos.

Hoy, los antagonismos son menos violentos, pero se mantienen. Los coreanos han sido tradicionalmente rechazados por los principales empleadores. Pero esto está cambiando, porque en parte las empresas japonesas se están volviendo más globales y el empleo de las multinacionales está cada vez más disponible. En el pasado, los trabajos estereotipados han sido en restaurantes y salas de pachinko y el entretenimiento.

Este año, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, se negó a enviar un mensaje anual de elogio a las víctimas coreanas del terremoto de 1923, que dejó a más de 140,000 personas muertas o desaparecidas en Tokio y áreas circundantes, lo que enfureció a los defensores de los derechos civiles. No dio razón alguna, pero Koike se ganó el apoyo de facciones de inclinación nacionalista que cuestionan los relatos de atrocidades cometidas contra coreanos y otros asiáticos antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

Los grupos extremistas a veces se dirigen a las calles de Tokio, agitando banderas militaristas del sol naciente y cantando consignas contra Corea.

El discurso de odio sigue siendo desenfrenado, con trolls acechando a personas conocidas por tener ascendencia coreana, como la actriz Kiko Mizuhara. Los estudiantes de las escuelas de Corea del Norte a veces son acosados en los trenes, y algunos han cortado sus ropas con cuchillos. 

Hwaji Shin, profesor de sociología en la Universidad de San Francisco, que creció como coreano de tercera generación en Japón, cree que el acoso ha empeorado volviéndose más sistemático y amenazante a medida que aumentan las preocupaciones sobre los misiles y las amenazas nucleares de Corea del Norte.

El resentimiento hacia las comunidades de inmigrantes y otras minorías refleja las inseguridades sobre la globalización y el aumento de la desigualdad, mencionó Shin.

El mito de que Japón no tiene problemas con la discriminación persiste, y los medios de comunicación del país rara vez mencionan estos problemas, dijo Shin.

Como en la mayoría de las experiencias de inmigrantes, las sucesivas generaciones de coreanos en Japón, incluídos los de las escuelas de Corea del Norte, hablan japonés en casa. Al igual que sus pares japoneses, disfrutan de la música pop japonesa y el rock estadounidense, y ven programas de televisión locales y estadounidenses, y películas de Hollywood.

Sin embargo, Yeong-I Park, un cineasta de 42 años que asistió a las escuelas de Corea del Norte desde el jardín de infantes hasta la universidad, todavía se considera "extranjero." 

Está casado como un coreano nacido en Japón, y sus hijos asisten a escuelas de Corea del Norte. Ha visitado Corea del Norte 17 veces y dice que el país está cambiando.

Como otros de sus antepasados, se identifica con la visión histórica de Corea del Norte de que es su propio país el que sufrió una brutal guerra de invasión por parte de los Estados Unidos - Una narración contraria a la visión occidental de que Corea del Norte fue el agresor en la Guerra de Corea de 1950 a 1953.

Park ve a los norcoreanos como víctimas incomprendidas. 

"Siento que las noticias sobre Corea del Norte son realmente exageradas, especialmente en Japón," Dijo. "Lo representan como si fuera un infierno en la tierra."

Kim Son Gyun, de 17 años, es un estudiante de la escuela de Corea del Norte, visitó Corea del Norte en un viaje escolar este año y encontró el lugar menos infernal. 

"Fue un lugar fantástico," dijo Kim, cuyo padre trabaja como editor de una publicación para la comunidad norcoreana en Japón. "Tenían vacas."

Cuando se le preguntó acerca de las últimas noticias de Corea del Norte que dominaban la cobertura en Japón - el misil y las amenazas nucleares-, comenzó a llorar.

"Quiero creer que mi país tiene razón, y he creído en mi país desde que era un niño, y eso no va a flaquear," dijo. "Creo que mi país tiene razón."

Los norcoreanos en Japón se sienten orgullosos de su madre patria, a pesar de la discriminación que viven Los norcoreanos en Japón se sienten orgullosos de su madre patria, a pesar de la discriminación que viven Reviewed by Valeria Medina on 18:13:00 Rating: 5

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